El otro día tuve la buena idea de prometerle a unas amigas que, si venían a verme a mi casa, les iba a cocinar un red velvet – una torta absolutamente espectacular, caracterizada por su peculiar color rojo. No les voy a mentir, cuando tuve que empezar a cocinar casi que me arrepentí de la promesa. Por suerte tengo dos robots de cocina (mi fiel Kitchenaid, y un equivalente del famoso Thermomix, pero marca Lidl), porque sin ellos no podría haber logrado esta receta tan rápido y fácil. Esta versión es la que les dejo acá, pues este blog es primero que nada para que yo pueda encontrar mis recetas favoritas todas en el mismo lugar.
Ingredientes
Para el buttercream
200 gramos de queso untable (tipo Philadelphia)
125 gramos de claras (3 o 4 huevos más o menos, el truquito es batir un poquito las claras para desligarlas y poder pesarlas bien)
350 – 400 gramos de manteca sin sal a temperatura ambiente, tirando a fría, cortada en cubitos
1 cucharadita de vainilla
Para los bizcochos
3 huevos medianos
225 gramos de azúcar extrafino
175 gramos de aceite vegetal (yo uso girasol)
180 gramos de buttermilk (o 180 gramos de leche entera y el jugo de medio limón)
colorante rojo
1 cucharadita de vinagre blanco
1 cucharadita de vainilla
275 gramos de harina
15 gramos de cacao en polvo (el de verdad de repostería eh, ¡nada de usar Nesquik!)
3/4 de cucharadita de sal
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
Preparación
Primero que nada, para el buttercream vamos a tener que preparar un merengue suizo. Si saben hacerlo a mano, ¡genial! En mi caso, voy a hacerlo con una receta para Thermomix, que se adapta a mi robot.
Antes de empezar limpiamos todos los elementos con un papel y un poco de jugo de limón : vaso, cuchilla, mariposa, todo tiene que estar libre de grasa.
Pesamos las claras y el azúcar en el vaso, colocamos la mariposa en las cuchillas, y programamos 3 minutos / 50º C / velocidad 2. Luego montamos las claras programando 10 minutos / velocidad 3.5. Retiramos la mariposa y podemos verter el merengue en el bol de la Kitchenaid.
Lo podemos dejar un ratito en la encimera para que se enfríe, y luego con la pala a velocidad mínimo comenzamos a incorporar los cubitos de manteca de a poco, dejando que se vayan mezclando con el merengue. Cuando se haya terminado de añadir la manteca, aumentamos la velocidad al máximo hasta obtener una mezcla suave y sedosa. Si tiene apariencia de huevos revueltos continuamos batiendo a velocidad alta, hasta que se arregle. Si queda muy líquido, es que la manteca estaba muy blanda. Meter en la heladera un ratito y luego seguir batiendo a velocidad alta.
Añadimos la vainilla y el queso a temperatura ambiente, poco a poco, mientras se bate a velocidad baja hasta que esté totalmente incorporado.
💭 Podemos guardar el buttercream en la heladera (una semana), y hasta congelarlo (3 meses). Para descongelarlo, lo pasamos a la heladera y esperamos un día o dos que se descongele solo. En ambos casos, dejarlo a temperatura ambiente y batir antes de utilizarlo para que retome la consistencia deseada.
Una vez que el buttercream está listo, podemos pasar a los bizcochos. Vamos a empezar preparando el buttermilk en una jarra, mezclando 180 gramos de leche (preferentemente entera, y a temperatura ambiente) con el jugo de medio limón. Cuando esté listo podemos agregar el colorante rojo, poco a poco, hasta obtener un rojo vivo – no se olviden que oscurece durante el horneado. Luego podemos incorporar el vinagre.
Con las varillas y con el bol limpio (¡si acaban de hacer el buttercream, hay que lavarlo!) batimos los huevos y el azúcar a velocidad alta, hasta que espumen y doblen el volumen. Incorporamos el aceite lentamente, y batimos hasta que haya emulsionado y esté totalmente integrado. Añadimos la vainilla.
En un bol aparte, tamizamos la harina, la sal, el bicarbonato, y el cacao. Cambiamos las varillas por la pala, y añadimos los secos a la mezcla de huevos y azúcar en tres veces, alternando con el buttermilk, poco a poco y a velocidad baja. Dejar de batir cuando esté todo integrado.
Dividir la mezcla de manera uniforme en tres moldes de 15 centímetros de diámetro, previamente enmantecados. Hornear durante aproximadamente 25 minutos en horno precalentado a 175º, o hasta que al pinchar con un chuchillo, este salga limpio. Sacar del horno y dejar reposar sobre una rejilla.
Cuando hayan enfriado, envolverlos con cuidado en papel film y guardarlos de un día para otro en la heladera. Antes de usarlos vamos a cortarles con cuidado las pancitas, y las vamos a reservar para usar las miguitas de decoración.
Para terminar, cubrimos los bizcochos con el buttercream, haciendo capas, y decorando el exterior también. Arriba de todo ponemos las miguitas que cortamos de las pancitas para el toque final.
Parece larga y tediosa, pero lo más difícil es el merengue, si tienen la suerte de tener ayuda de robots es en realidad muy simple y queda siempre increíble. Les mando un besito,
Lu 🌻